domingo, 5 de junio de 2011

PAQUITA. Presentación.

 ¡Aquí la tenéis!, este es el personaje que llena ' mis espacios' vitales y habitables. Llegó hace unos meses con tan solo tres meses de vida encandilándonos a todos con esa mirada reluciente y gesto expresivo. ''Mis diseñadores'' han creado esa portada, otro guijarro-perla ocultado en mis archivos... esta vez no del todo neuronales porque me asiste el de mi ordenador.... estee... mi PC ¡soy un hacha! ¡ya empiezo a usar vocabulario del maravilloso invento que ha sustituido a la libreta de espiral!, no me aplaudan please, no es nada...

Mi relación con los colegas caninos ya había comenzado de niña con 'Chispa'' el despiertísimo Bodeguero Andaluz que mi padre trajo a casa con el fin de cazar y ahuyentar ratones. Mi hermano y yo lloramos a mares por su pérdida y no volví a tener un perro hasta que alguien me regaló cuando yo era joven a 'Yeni', una pastor-policía alemán que se subía a los frutales en la finca de mi abuelo haciendo funambulismo tras los gatos y era una detective fuera de lo común. Años después alguien le regaló a mi hija una híbrido de cocker spaniel y caniche enano de esos que parecen ovejas de un Nacimiento, la llamamos 'Tola' porque era tan juguetona y capaz de sensacionales piruetas que verdaderamente parecía 'Loca'. Y ¡claro!, el perro acabó siendo de mamá como Popi el hamster, las lagartijas, grillos, renacuajos y tortuguitas que aparecían por casa de la mano de mi hijo menor.
Tola se murió de vieja a los 16 años y Paquita ha sido traída de la mano de mi hijo mayor, él es su verdadero 'papá'  y yo la abuelita que la malcría y la interpreta. Muchas veces la llamo Tola porque se parece a ella en carácter, pero a ella no le importa, me sigue y me escucha igualmente con esa pose interrogante de la fotografía.
      No entiendo como a mucha gente le interesa más la vida y milagros de La Princesa del Pueblo que seguir el 'serial' del desarrollo cognoscente de un compañero doméstico. Y lo digo porque D'Artagnan la tortuguita aprendió a comer de mi mano, y Popi el hamster se tumbaba en decúbito supino para que le rascase la barrigola.... Paquita ha aprendido muchas cosas y ahora que ya casi 'es mayor' sabe que no es ella la que ha de sacarme a mi a la calle saltando y tironeando con impaciencia, sino al contrario,y ahora para eso en cuanto le pongo el collar con la correa me espera en la puerta con ésta en la boca y ''se saca''ella misma hasta el ascensor, la pone a mis pies al salir de él y luego baja con toda precaución las escaleras que quedan hasta la salida a la calle siguiendo el ritmo de este Muñeco de Hojalata. Yo le agradezco infinito esta reciprocidad en conocernos y respetarnos y como cualquier abueliña gallega de pura cepa le hago guisos perrunos para ella ya que eso del pienso encartuchado le hace poca o ninguna gracia y estaba inapetente. Como temí que se fuese convirtiendo en una Barbie Perruna o en una airosa patilarga galgo ahora le mezclo  bolitas de pienso con el guiso y se lo come todo. El primer día comió con tanta ansia que luego tenía arcadas y vomitó como los niños pequeños. Poco a poco se habituará a comer pienso diarimente cuando no haya otra cosa, como le pasó a su colega Tola que se incorporó tan completamente a la familia que desayunaba con nosotros los fines de semana. Explico, se convirtió en una perrahamster ya que hasta que la familia no se sentaba a la mesa a desayunar ella tampoco lo hacía y como no tenía modo de sentarse a la mesa  con 'los demás', se llenaba las fauces de bolitas del pienso de su cuenco y luego, sobre la alfombra y a mi lado las expulsaba de su boca como hacen los hamster dándose cachetazos y era tan finolis que hasta que uno de nosotros no empezaba a masticar la primera tostada con mantequilla y mermelada ella no acometía la ingestión de su desayuno....como Tola era mitad dog británica a lo mejor fue por eso, pero es que Paquita es puramente británica, una Scottish West Higland y creo que hará lo mismo sin pestañear un segundo, ya comienza a apuntar tendencias cuando le dejo en el cuenco vacío algún restito sólido de algo para saber si lo come, ella lo saca del cuenco y lo examina y realiza sus catas encima de la alfombra de  sisal de Ikea y eso me pasa por no tener en cuenta su extraordinario olfato que mezclaría olores al ponerle comida en su cuenco relamido ¡es de un fino!....., dentro de nada tendré que buscar mayordomo.....Siguiendo sus instintos naturales lo que más le gusta es dormitar sobre nuestras cabezas a modo de tocado siberiano, sitios altos como sus praderas escocesas y tiene escondites bajo las camas donde recata los juguetes que le confisco por ser demasiado ruidosa con ellos desatando sus instintos depredadores. No sé como lo hace pero se las arregla para encontrarlos y luego los oculta en su guarida casera dando como resultado unos terroríficos topetazos subterráneos hasta que aparece la escoba y descubre sus tesoros. Después dialogo con ella ante su expresión interrogativa  y se los dejo a la vista para ver si me ha entendido. Creo que sí....pero un día tendré que enseñarle a llamar a Urgencias porque me caeré al tropezar con ellos desparramados por el apartamento en los lugares de paso. La convivencia con este personaje vivaracho, inteligente, afectuoso e inquieto es un permanente toma y daca en el que ambas aprendemos. Mientras yo dormito apoyando mi cabeza en un cojín del sofá con ella encima adornándola como 'tocado siberiano', su hocico cae sobre uno de mis oidos y oigo su tranquila respiración o sus eventales pesadillas, si aprovecho para acariciarla me devuelve un lametón en la frente, como un ¡Ok!, yo también ¿Cómo podría preferir enterarme de las andanzas de La Princesa del Pueblo?