"El acto de desobediencia como acto de libertad, es el comienzo de la razón". Eric Fromm.
¡Vale herr Fromm!, con este comentario me ha quitado usted un gran peso de encima, en serio. Que un personaje de su relevancia haya dicho que, al parecer, las azotainas, castigos y caras largas que he soportado en mi infancia fueron porque estaba desarrollando mi natural derecho a razonar y no porque era una díscola empecinada en hacer lo que me daba la gana puesss, mire usted, eso me enorgullece bastante en plan narcisista e incluso estoy empezando a querer a esa niña de seis años a la que querían mandar al colegio con uniforme azul marino de tablitas, cuello duro almidonado y sombrerito de ala ancha también azul marino y pataleaba como una posesa escaleras abajo hasta el portal para llegar todavía muy enfurruñada a ese Cole de severas monjas que se empeñaban en que recitase en francés una letanía que comenzaba por un'' bon jour ma mère....''. Tuve que doblegarme ya que la sola amenaza de verme llevada ante Belfegor ...estoo....la Mestra de Estudios me asustaba porque verme ante aquel Ser flaco de tez pálida y ojerosa, altísimo, vestido de negro de pies a cabeza y riñéndome severamente en francés me parecía haber sido condenada al Castillo del Conde Drácula.
Pero apredí muchas cosas además del francés y a doblegarme. Ayer mismo me he dado cuenta de que uno de mis persistentes problemas es la dificultad de adaptación a nuevas circunstancias vitales cuando me veo obligada a ello, ya sea por imposición de otros ya sea por imposición de la vida misma. Es entonces cuando aparece en el ánimo esa rebeldía desobediente que, analizándolo, no tiene mucho de racional sino sobre todo de emocional. Yo NO QUERIA estar donde ahora estoy, daba gracias al cielo por vivir donde antes vivía, me gustaba mi entorno, mis gentes, mi hogar, mi sitio, la vida que hacía, pero el Destino o esa cosa inefable que dirige nuestros pasos, me trajo aquí hace unos 10 años dónde hasta ayer no he comprendido que podría adaptarme emocionalmente a este entorno, a esta tierra ajena en la que estaba volcando todas mis frustraciones y prejuicios y que sin duda puedo extraer de esta vivencia cosas que puedan ligarme emocionalmente a ella de alguna manera y aunque las gentes en su mayoría me resulten todavía extrañas. Quizás me ha ayudado mucho la nueva ubicación de mi vivienda en una zona más abierta donde puedo disfrutar de algo más que tejados plagados de antenas, calles estrechas, obras por todos lados y mucho polvo colándose por todas partes. Ha coincidido mi traslado de vivienda con el principio de la Primavera de la que he disfrutado y disfruto paseándome por varios parques próximos y por la calle. Ayer me he sentado a comer el 'plato del día' bajo el toldo de un bar en plena plaza desde donde, entre bocado y bocado, podía contemplar un edificio/jardín enfrente, una casa cuya fachada está adornada con enredaderas colgantes, plantas e incluso arbustos perennes por/entre donde comienza a surgir el color de muchas flores en esta primavera y lo disfruté teniendo en mi plato comida propia de estas tierras eligiendo en lo posible las que no aumenten mucho mi colesterol: una sopa de cocido y brocheta de cordero con ensalada. Nunca tomo pescado aquí, no puedo porque añoro y recuerdo los pescaditos 'del mar a la cazuela', sus zamburiñas a la plancha y su pulpo á feira cogido allí de entre las rocas del entorno de mi paseo marítimo y el paladar tiene sus preferencias....., aquí el cordero es el rey, y las morcillas, las habas y lentejas con tropezones de cerdo, la carne de vacuno es incomible ante el placer de la de mi tierra de tierna raza autóctona criada con pastos frescos....sigo añorando y prefiriendo....pero ya mis ojos están rodeados de vegetación en esta primavera y Madrid está especialmente hermoso. Entonces filosofo y trato de entender a este pueblo orgulloso para adaptarme-doblegarme en mi forzado exilio.
Y ahora debo concluir porque ha llegado Paquita a darme los buenos dias saltando sobre mi cama alegremente. Voy a ver si mis piernas son capaces de llevarla hasta El Parque del Oeste.....a mi me gusta mucho y seguro que ella disfrutará muchísimo corriendo libre por la hierba persiguiendo picazas y gorriones. Las dos estamos 'exiliadas' ... Todavía le puedo sacar más 'jugo' a la sentencia del admirado Fromm.
No hay comentarios:
Publicar un comentario